domingo, 27 de marzo de 2011

Votame, votate. Análisis de las representaciones sociales de los políticos en el programa Gran Cuñado, por Juan Ignacio Nápoli

Votame, votate. Análisis de las representaciones de los políticos en el programa Gran Cuñado, edición 2009

Desde su aparición a mediados del siglo XX, la televisión se ha transformado en una nueva forma de hacer política.
En una sociedad maravillada por el cosmopolitanismo capitalista, y que reacciona escéptica a distintos temas de origen político y social que podrían ser cruciales para su futuro, las agrupaciones interesadas en tomar las riendas del país han encontrado un método infalible para atraer a las masas apolitizadas, por medio de slogans ingeniosos, o apariciones en programas de mucho rating, dejando en un segundo plano las plataformas electorales.
Sin embargo, los mismos medios de comunicación capaces de catapultar al ámbito político a cualquier persona que posea recursos y contactos influyentes, tienen suficiente poder como para poder ensuciar la imagen de algún senador, o para atentar contra el mandato del mismo presidente, si no ven identificado en este sus intereses económicos. Cabe destacar que la ideología mediática es transmitida a la población, no solo por medio de amarillistas programas de noticias, o por catastróficos titulares en la primera plana de algún diario importante, sino que también, puede expresarse por medio del humor político. Esta eufemizada forma de criticar la realidad puede considerarse como uno de los métodos más eficaces para llegar a la sociedad, ya que oculta la denuncia social, bajo un manto de diversión y carcajadas. Si bien, el humor político no es un elemento descubierto recientemente por los sectores disconformes con el gobierno de turno, podemos observar que, en los últimos años, esta rama del entretenimiento se ha visto abordada por distintos programas televisivos. Al remontarse a la década del ´90, podemos encontrar como un claro emblema de este tipo de humor, la última etapa de Tato Bores en la televisión argentina, personaje creado por Mauricio Rajmín Borezstein. En ese mismo periodo, también se destaca la aparición de Caiga quien caiga, que rompería con el formato sutil que proponía Tato Bores, para dar lugar a un programa que, si bien podía clasificarse como humorístico, combinaba chistes con entrevistas que resultaban demasiado incómodas para los políticos sometidos a ellas. En el siglo XXI, esta idea de la productora Cuatro Cabezas continuaría en el aire, sumada a distintos programas de entretenimiento que, a pesar de no dedicarse de lleno a la denuncia de hechos sociopolíticos que afectaban al país, intentaron crear sketches con algunos tintes de humor político, tal es el caso de TVR y Showmatch. Este último fue creado en 1990 por Telefé Contenidos, y logró llamar la atención del público por ser el primero en nuestro país en utilizar cámaras ocultas como un nuevo elemento para divertir. Al pasar los años, los productores de Showmatch se vieron obligados a renovar el estilo de su programa que comenzaba a perder originalidad. Por este motivo, en 2001 aparece el polémico Gran cuñado , como una fresca alternativa al humor clásico y repetitivo que caracterizó los años anteriores. Este sketch, intentaría ser una combinación entre una parodia de los reality show, que empezaban a ser furor en la televisión mundial, con una serie de imitaciones de distintos personajes relacionados al ámbito político.
En un primer momento, los imitadores estaban limitados a realizar pequeños monólogos, en donde se ponían en evidencia algunos clichés de los políticos representados. Sin embargo, con el tiempo estos personajes comenzaron a ganar más minutos en la pantalla: ya sea por medio de distintos desafíos o juegos que les daban la oportunidad de tener una estadía más cómoda en esa casa ficticia, o por extensiones en sus monólogos, Gran cuñado se transformó en una especie de programa paralelo a Showmatch que aparentaba dejar de lado el contenido frívolo y bizarro de este último. Cabe destacar, que el fenómeno de cuñadización del programa conducido por Marcelo Tinelli, contó con un gran apoyo de los televidentes, llegando a alcanzar picos de hasta 40 puntos de rating. A mediados de 2001, la primera edición de este boom televisivo llego a su fin obteniendo como ganador a Carlos Chacho Álvarez y en segundo lugar al polémico personaje de Fernando De la Rúa , que fue acusado por el partido oficialista de ser uno de los factores desencadenantes de la crisis de fines de 2001. Aun así, las críticas provenientes de las esferas más influyentes de la política no evitaron que Marcelo Tinelli conservara este formato y lo aplicara reiteradamente hasta el 2005. En este periodo, el sketch sufrió muy pocas modificaciones, siendo una de las más significativas la imitación de personajes del mundo del espectáculo como Mirtha Legrand, Adrián Suar, Mario Pergolini, entre otros.
Como consecuencia del descenso de rating de Showmatch, su conductor decide reemplazar el humor político por otra especie de entretenimiento, que dependía de mujeres con escasa ropa y enfrentamientos mediáticos entre personajes poco reconocidos en la farándula. Este modo de hacer televisión resulto exitoso gracias a la aparición de programas dedicados exclusivamente a transmitir las peleas mediáticas que se originaban en este show, llevando a distintos sociólogos a pensar que la televisión argentina se encuentra bajo un periodo de Tinellización: “La figura de Tinelli y sus programas nos lleva a preguntarnos qué significa la cultura y cuáles deben ser sus contenidos. La tinellización aludiría, entonces, a cierta desculturalización o degradación, como si algo se hubiera perdido.” (Wortman ,2008).
Sin embargo, este nuevo formato humorístico que se caracterizaba por sketches como Bailando por un sueño, no evitó que el humor político regrese al programa de Ideas del Sur. Las elecciones legislativas de 2009, sumadas al conflicto que desencadenó el intento de aplicar retenciones móviles a la producción sojera, formaron un marco propicio para que Showmatch, que en ese momento se encontraba en Canal Trece, decidiera reciclar la idea de Gran Cuñado. Esta nueva etapa fue mucho más polémica que las anteriores debido a que Canal Trece, perteneciente al conocido Grupo Clarín, se encontraba enfrentado al gobierno kirchnerista. Por este motivo, se suponía que la reaparición de las imitaciones de políticos en Showmatch llegaba con la intención de darle la estocada final a un oficialismo bastante cuestionado.
En este trabajo, se analizará cuál es el efecto de sentido en las representaciones de los políticos más importantes en esta última edición de Gran Cuñado, con el objetivo de comprobar si, realmente, este sketch humorístico beneficia a un partido político en particular. Para que esto sea posible, se deberán observar, en los primeros episodios, cuáles son los rasgos que se exaltan en cada uno de los personajes imitados, así como también la imagen que se pretende crear de las diferentes agrupaciones. A su vez, intentaremos entender el papel que desempeña Marcelo Tinelli en este show: ¿puede el conductor de un programa de 30 puntos de rating, mantenerse al margen de una cuestión con tantos intereses de por medio?

Estereotipos e imitaciones

Para abordar las representaciones de Gran Cuñado de una forma adecuada, debemos desarrollar distintos conceptos que nos permitan entender ciertas características de este nuevo estilo de humor político.
En primer lugar, definiremos uno de los elementos claves para la formación de este sketch: el diálogo. Según la vigésimo tercera edición de la Real Academia Española, a esta palabra se le atribuyen distintos conceptos de los cuales solo tendremos en cuenta al diálogo como “Plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”. En segundo lugar, se puede afirmar que las imitaciones de este programa crean, directa o indirectamente, estereotipos de los distintos partidos políticos. La real academia española define a los estereotipos como “imágenes o ideas aceptadas comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable”. No obstante, se utilizará para el desarrollo de este trabajo, el concepto de estereotipización creado por Walter Lippmann . En su obra Opinión Pública (1922), el autor define a los estereotipos como “las imágenes que se encuentran dentro de las cabezas de los seres humanos, las imágenes de sí mismos, de los demás, de sus necesidades, propósitos y relaciones con sus opiniones públicas”. Estas imagénes mentales aplicadas a la realidad cotidiana que percibimos, sirven como referencia para comprender el mundo que nos rodea. Por ejemplo, a pesar de no conocer a todos los médicos del mundo, los estereotipos permiten crear una imagen aproximada de ellos. “El estereotipo no sólo ahorra tiempo en una vida atareada y defiende nuestra posición dentro de la sociedad, sino que tiende a resguardarnos de los desconcertantes efectos de querer ver el mundo estable y en su totalidad” ( Lippmann,1922).
Sin embargo, este método para simplificar la realidad es también utilizado en un sentido despectivo, como respuesta a la falta de conocimiento sobre la cultura, la religión, la etnia, o el estrato social del que se esté hablando. Como consecuencia de esta degradación del pensamiento, se llega a un punto donde los argumentos críticos que defienden una ideología acerca de un determinado grupo de personas carecen de validez. Como principales rasgos de la estereotipización, podemos encontrar la visión simplista de la realidad, así como también una gran dificultad para que estos prejuicios puedan ser erradicados, ya que en algunos casos estos son transmitidos de generación en generación. Si bien este proceso, que se encuentra estrechamente ligado con la discriminación, puede asociarse con distintos movimientos genocidas, en el programa de Marcelo Tinelli los estereotipos son conformados con el fin de emitir un mensaje por medio de la ridiculización, más que por el odio. Un ejemplo que permite observar claramente este método eficaz para encuadrar una ideología, puede apreciarse en la caracterización de la Unión Cívica Radical (UCR) en el programa. Este partido que fundado en 1891 por Leandro N. Alem, está representado en Gran Cuñado por el ex presidente Fernando De la Rúa, y por el Vicepresidente de la Nación Julio César Cleto Cobos. Este último, comenzó a ganar popularidad en el ámbito político en 2008, cuando fue el responsable de definir la votación respecto a las retenciones móviles al campo en el Senado. A pesar de que el voto “no positivo” de Cobos consolidara su imagen pública en las provincias orientadas a la producción sojera, Gran cuñado lo encarnó como un personaje tibio, de movimientos cansinos, con gran cantidad de enemigos en la política y completamente incapaz de tomar decisiones. Estos rasgos característicos que intenta resaltar el imitador, nos permiten establecer relaciones entre este político, y de la Rúa, que ha sido representado en este sketch humorístico en 2001 y 2009. Como puntos en común entre las dos imitaciones, se destaca que ambas presentaban una marcada decadencia psíquica, ya que debían ser escoltadas a todo momento por las bailarinas del show para evitar que se extraviaran antes de llegar al encuentro con el conductor del programa. A su vez, las dos imitaciones se caracterizaban por lograr la comicidad, no por medio de chascarrillos ingeniosos, sino por su lentitud mental a la hora de actuar u opinar. Si a estas similitudes entre los participantes del show, se les suma que, casualmente, los únicos dos representantes del partido radical son Cobos y De la Rúa , se puede observar claramente que Showmatch apunta no solo a ridiculizar a dos personajes influyentes de la política argentina, sino que intenta fijar una imagen de una UCR endeble, formada por un conjunto de políticos sin personalidad y que se ven superados por las distintas problemáticas que tiene el país. Esta facilidad que tiene el programa de Canal Trece para disponer de la información y moldearla a gusto, nos posibilita retomar la idea de estereotipización de Walter Lippmann, pero esta vez, con el objetivo de comprender quién o quiénes tienen el poder suficiente para formar estereotipos o como los denomina Lippmann, quiénes son capaces de formar “La opinión pública”.Según el autor estadounidense la construcción de la verdad, que en este caso está estrechamente ligada con el concepto de estereotipos, es realizada por medio de lo que el autor denomina “circulo social”. Este círculo estará integrado por “aquellos a los que consideramos gente en la frase ‘la gente dice’ ” (Lippmann,1922).De esta forma, podríamos afirmar que la cúpula del circulo social está compuesta por los medios de comunicación en todas sus formas. Ante una sociedad desconcertada que venera lo inmediato, los estereotipos elaborados por estos grupos de gran poder influyen en la manera de pensar de la población, obligándonos a cuestionar si las noticias no son en realidad un elemento para distorsionar la información.

El PRO en Gran Cuñado

Propuesta Republicana, más conocido como PRO, es un partido político de tendencia liberal o derechista creado en 2005 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como consecuencia de la unión entre las agrupaciones políticas Compromiso para el cambio, y Recrear para el Crecimiento. Este nuevo partido, representado por los colores negro y amarillo, tuvo su debut electoral en las elecciones parlamentarias de 2005, obteniendo resultados satisfactorios para una agrupación que tenía menos de un año de vida. Entre sus más importantes referentes, podemos encontrar a los empresarios Mauricio Macri y Francisco de Narváez . Ambos personajes fueron caracterizados en la última edición de Gran Cuñado. A diferencia de la Unión Cívica Radical, la Propuesta Republicana vió con muy buenos ojos la reaparición de este tipo de humor en el programa de Marcelo Tinelli, ya que creía que la figura de Mauricio Macri se había popularizado gracias a su imitación en Showmatch en 2005. Por lo tanto, el PRO comprendió que era conveniente no confrontar con un programa que generaba 30 puntos diarios de rating y que tenía el suficiente poder para opinar libremente sobre cualquier personaje del ámbito político sin recibir ningún tipo de sanción. Con el tiempo, algunos medios de comunicación empezaron a sospechar que el partido liberal liderado por Macri evitaba opinar sobre Gran cuñado no solamente por la cantidad de seguidores que tenía este programa, sino, porque existían intereses en común entre esta agrupación y Canal 13, que estaban relacionados con la intención de ciertos grupos de evitar que el oficialismo consolidara su poder en las elecciones legislativas de 2009. Por un lado, el PRO nunca tuvo una buena relación con el oficialismo, que lo tildaba de ser una agrupación que surgía para formar un modelo de país similar al que proponía el ex presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem . Por su parte, el conflicto entre el Grupo Clarín, propietario de Canal 13, y el gobierno kirchnerista existe desde principios de 2008, cuando la presidente Cristina Fernández de Kirchner criticó a este grupo de intentar tergiversar los acontecimientos que sucedían en el país, con el objetivo de debilitar su mandato. Estas declaraciones no hicieron más que profundizar las diferencias, y los distintos medios pertenecientes a Clarín comenzaron a construir una imagen despótica del mandato K, mientras que el gobierno se encargó de tomar medidas que intentaran reducir la cantidad de licencias audiovisuales y gráficas que poseía este poderoso grupo monopólico. En medio de este conflicto de intereses, Gran cuñado comenzaba con su última edición, sembrando dudas sobre la existencia de una especie de alianza con Propuesta Republicana. Sin embargo, las imitaciones de Showmatch no apoyaron al PRO como se suponía, sino que dejaron bien parados a algunos candidatos mientras hundían a otros. Por ejemplo, el programa de Marcelo Tinelli no resultó igual de beneficioso para De Narváez, que para Mauricio Macri aunque ambos provenían del mismo partido político. Por este motivo, para analizar los rasgos que los imitadores exaltan del PRO, debemos considerar las distintas representaciones individualmente, y a partir de allí establecer puntos en común entre las mismas.
La imitación de Mauricio Macri apareció en Gran Cuñado el 11 de mayo de 2009.Fue el segundo personaje en entrar al famoso reality show, después de la imitación de Néstor Kirchner. Marcelo Tinelli presentó al líder del PRO como “un ingeniero civil” que había sido presidente del club Boca Juniors, y que actualmente era “la figura más importante de la oposición”. Estas características exaltadas por el conductor de Showmatch, nos permiten acercarnos al estereotipo de un Mauricio Macri de perfil bajo, que empezaba a conseguir sus primeros logros en uno de los mas reconocidos clubes de fútbol de la Argentina, pero no hacía ningún tipo de alusión al actual jefe de gobierno como empresario, a ese personaje que posee millones de dólares debido a que su padre es dueño de uno de los mas poderosos grupos económicos del país.
La figura de Mauricio Macri, también se vio beneficiada por la modernidad y la frescura que emanaba la imitación de Martin Bossi. Estos dos elementos que estrechan las distancias entre la imagen del ex presidente de Boca Juniors y los televidentes jóvenes del programa de Tinelli, se perciben con claridad tanto a nivel cinético, como a nivel estético. Con respecto a los movimientos efectuados por el imitador, se distingue como generador de esta esencia que roza lo juvenil la forma relajada de caminar, con una mano en el bolsillo, pasos firmes y una postura sólida como si se tratara de la imitación de un modelo europeo más que de un político. Estos detalles pueden observarse en el programa apertura de Gran Cuñado, cuando el telón electrónico deja al descubierto la figura de Macri y este se dirige a su encuentro con el conductor para, de esta forma, comenzar con su monólogo. A su vez, el movimiento sus manos a la hora de hablar transmite seguridad y seriedad por parte del orador, fortaleciendo una imagen mental de un líder que puede llegar a los sectores mas jóvenes por su espontaneidad y su energía, pero que a la vez posee las competencias ideológicas necesarias para ser un político. Por su parte, la vestimenta y el entorno que rodea la imitación, es decir, la estética del personaje nos permiten reafirmar los rasgos anteriormente destacados. La presencia de dos o más bailarinas en cada una de sus entradas que simulan sacarse fotos con el jefe de gobierno en reiteradas ocasiones, sumada a la elegante vestimenta del imitador de Macri, acentúan el perfil ganador del líder del PRO, lo cual es algo crucial para cualquier personaje que pertenezca o desee ingresar en el ámbito político. De esta manera, la representación del jefe de gobierno parecía coincidir con las suposiciones de los distintos diarios, que imaginaban un estereotipo de este político que tuviera una llegada positiva en la gente.
Sin embargo, esta construcción benévola del ex presidente de Boca Juniors se debilitaría en el momento que el imitador entabló sus primeras conversaciones con Marcelo Tinelli. Esto se puede observar en el programa del 11 de mayo de 2009, cuando la imitación de Macri destaca que sus medidas apuntan a crear “una argentinidad no ‘al palo’ , sino al polo, donde todos los chicos tengan acceso a un caballo de polo” , y remarca entre sus ideas para disminuir las diferencias sociales “crear Creamfields para cartoneros, y construir un montón de autopistas para que los sin techo tengan donde vivir” (Bossi, 2009)
Estas citas, develan otra imagen del actual jefe de gobierno, que se contrapone rotundamente a los rasgos que intentaban ser exaltados por la vestimenta y los movimientos del mismo. Como consecuencia de esto, el imitador nos presenta a un líder del PRO que si bien intenta llegar por medio de su discurso superficial a las clases populares, no puede ocultar su faceta de empresario multimillonario, ya que toda su vida se desarrollo en el camino de la abundancia.
Esta construcción de Mauricio Macri como un hombre adinerado que llegaba a la política carente de conocimientos sobre lo que sucede alrededor de sus mansiones y sus coches caros, no pudo ser revertida ni siquiera por el verdadero jefe de gobierno al presentarse el 23 de junio en el programa de Marcelo Tinelli para cantar una especie de adaptación de la canción Somebody to love .En su afán de quedar como un político divertido, Macri continuó con el juego propuesto por el imitador, en el que se llegó a un punto en donde no se sabía quién imitaba a quien. Esta situación se evidencia cuando el verdadero Mauricio Macri, en modo de chiste, afirma que al inaugurar un centro médico en Villa Lugano, pensó que su imitador se molestaría al enterarse que no había cama solar (Macri, 2009). De esta manera, podemos afirmar que el estereotipo creado en Showmatch se consolida, porque es el verdadero jefe de gobierno quien asume, inconscientemente, que existen muchas características en común entre su persona y la representación de Martin Bossi. Esta consolidación dificulta que las masas apolitizadas que consumen el programa de Canal Trece, resulten interesadas en averiguar sobre la plataforma política del líder del PRO, ya que una vez que el estereotipo se fija en la mente de la gente, los argumentos ideológicos pierden validez.
Otro caso interesante de estereotipización, es el relacionado a la figura del actual diputado nacional Francisco De Narváez. Al igual que Macri, la imitación del ex propietario de Casa Tía apareció en pantalla el 11 de mayo de 2009 siendo el quinto participante en ser presentado. Al momento de su entrada, Marcelo Tinelli caracteriza a este personaje como “un empresario que es dueño del canal América”, al que “le dicen ‘el colorado’ y tiene un tatuaje en el cuello”. Si bien en esta introducción, el conductor deja en claro que el participante del que se esta hablando es un hombre poderoso, también destaca un perfil moderno del mismo. Este rasgo cool, se acentúa en la vestimenta del imitador, ya que es el único político que no lleva puesta una corbata en el programa de inauguración, sino que deja abierto el cuello de su camisa para poder exhibir su tatuaje. Con respecto a sus movimientos, se observa que estos son muy similares a los realizados por la representación de Mauricio Macri, con la única diferencia de que el personaje de Francisco de Narváez acostumbra llevar la valija de Gran Cuñado apoyada en su hombro derecho, lo cual resalta aún más su caracterización casi adolescente. Si nos centramos en las similitudes estéticas y cinéticas de ambos personajes, podemos llegar a la conclusión de que Showmatch estereotipiza al PRO como un partido que trae la renovación como bandera, lo cual puede ser aprovechado por esta agrupación para tener una mejor llegada a las masas de adolescentes que no estén interesadas en la política. No obstante, esta construcción de Propuesta Republicana made in Canal Trece, se asocia más fuertemente con Francisco de Narváez que con Mauricio Macri. Esto se debe a la diferencia existente entre los diálogos de las distintas imitaciones con el conductor de Showmatch. Mientras que las conversaciones del ex presidente de Boca Juniors con Marcelo Tinelli, dejaban en claro que el primero no tenía noción de los problemas que sufren los estratos sociales más bajos, el imitador del ex propietario de Casa Tía se enfocaba en construir una imagen humilde de su representado. En su primer programa en Gran Cuñado, la imitación creada por Roberto Peña, repitió constantemente que era solo “un tipo común” y que “tenía un plan” para frenar la ola de inseguridad (Peña, 2009).Este último cliché fue tomado de la campaña política de Francisco de Narváez, lo cual significó que cada aparición de la imitación de este político en el programa significara una especie de spot publicitario encubierto. Sin embargo, las frases del imitador no fueron tan beneficiosas comparadas con la presencia del verdadero diputado del PRO en el programa del cinco de junio. En este episodio, el actual diputado nacional reaccionó con humor al verse representado por Roberto Peña, y no se negó a realizar una especie de coreografía con su imitador. De esta manera, de Narváez utilizó la fama que le concedió Showmatch para fortalecer su campaña , y transformarse en una de los personajes más influyentes de Propuesta Republicana.

Frente para la Victoria y el estereotipo indirecto

El Frente para la Victoria es un partido de ideología centroizquierdista, que fue fundado en 2003 como consecuencia de la unión de las agrupaciones como Partido para la Victoria, Partido Justicialista, el Frente Grande, entre otros. Entre las figuras más destacadas que surgieron de este partido, podemos encontrar al ex presidente Néstor Kirchner , y a la actual presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner . Ambos personajes fueron representados en la última edición de Gran Cuñado. Como mencionamos anteriormente, este partido se encontraba enfrentado al canal que emitía Showmatch y se suponía que este sketch de humor político sería utilizado como un campo de batalla, en donde la emisora televisiva perteneciente a Grupo Clarín intentaría debilitar al oficialismo. Sin embargo, las imitaciones de estos dos políticos no fueron tan nocivas como se esperaban. Mientras que de la representación de la actual presidente, solo intentaron ridiculizar su forma de dar discursos, mostrando una imitación que buscaba utilizar erróneamente el femenino y el masculino de cualquier palabra, como por ejemplo “hombres y hombros, mujeres y mujeras”, de Néstor Kirchner se puede destacar que este político fue presentado en el primer programa de Gran Cuñado con la banda presidencial, para reforzar la idea de que este político dirigía al país detrás de la imagen de su esposa. Estas tibias críticas al matrimonio Kirchner no significaron una tregua por parte del Grupo Clarín, sino que este prefirió construir una imagen de Frente para la Victoria por medio de los personajes secundarios que pertenecen o mantienen cualquier tipo de relación con este partido, tal es el caso del Secretario de comercio interior Guillermo Moreno y el Secretario general de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) Hugo Moyano.
La imitación de Guillermo Moreno es presentada el 12 de mayo, y Marcelo Tinelli define a esta persona como “el que maneja los números de la inflación”. Inmediatamente después de este comentario, los panelistas del programa empiezan a recomendarle al conductor que tenga cuidado, como si la figura que aparecería a continuación se tratara de una especie de matón. Una vez que el telón electrónico se mueve y deja al descubierto a este personaje, se puede comprobar que, efectivamente, los distintos elementos que lo componen parecieran ser más adecuados para la personificación de un asesino a sueldo que para la de un político. En primera instancia, debemos destacar que los movimientos del imitador nos llevan a pensar que este se encuentra a la espera constante de un conflicto. Esto se evidencia en el movimiento de sus hombros y de su cuello, que parecen decir ¿Qué te pasa? sin la necesidad de que este deba emitir palabra alguna, así como también en el tic de meterse la mano dentro del bolsillo de su saco, como si amenazara con desenfundar un arma de fuego. En segundo lugar, es importante observar que, tanto la vestimenta como el entorno que rodea la aparición de Moreno combinan con el estereotipo que crea la cinética del personaje, lo cual reafirma que no nos encontramos ante rasgos aislados e inventados al azar. En el programa del 12 de mayo, la caricatura caracterizada por Naim Sibara es custodiada por un grupo de personas a los cuales éste denomina como “compañeros del partido”.
No obstante, Gran Cuñado no solo tilda de mafioso al Secretario de Comercio Interior, sino que también plantea otro cuestionamiento relacionado con la poca credibilidad del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que se observa con claridad en los diálogos que el imitador tiene con Marcelo Tinelli. Cuando el conductor del programa le pregunta a Moreno sobre la falta de credibilidad de esta institución este le responde con un lenguaje demasiado vulgar para un político que “son los cuadros oligarcas, los gorilas que jodían a Perón” los culpables de crear ese malestar en la gente (Sibara, 2009).A esta frase, el imitador le agrega irónicamente que en la actualidad existen dos países: el de los medios en donde todo es pesimismo, y el de Moreno en donde una persona puede comprar con 100 pesos comida para todo el mes sin problemas. Para finalizar con su actuación, el comediante explica brevemente como se calcula el polémico índice de inflación argumentando que este índice no sube ya que si bien es verdad que la carne , las frutas y la leche aumentaron su precio, las pelotitas de ping pong y el hilo sisal están mas baratos(Sibara,2009).
Por su parte, la caracterización de Hugo Moyano fue presentada el mismo día que la de Guillermo Moreno. Tanto Marcelo Tinelli como sus panelistas, remarcaron que el imitador del líder de la CGT era una persona a la que se le debía temer, y esta idea se fortaleció con la aparición de un grupo de temibles custodios que, supuestamente, pertenecían al gremio de los camioneros. A nivel cinético, el personaje se distingue por realizar movimientos tranquilos, lo cual se contrapone con las características de Moreno. Sin embargo, los tintes mafiosos de Moyano se perciben con toda claridad en los diálogos con el conductor de Showmatch. En el programa del 12 de mayo, la imitación caracterizada por Toti Ciliberto le informa a Marcelo Tinelli que a partir de ese momento el conductor debía comenzar a aportar en el gremio de los camioneros, si no quería que el líder de la CGT le presentara a sus “muchachos”. Además, este personaje compara al gobierno con un camión, ya que la presidente lo maneja, el pueblo es el motor, y su gremio funcionaría como la caja de velocidades, porque “si hay un cambio habrá una marcha”
Por medio de estas características, el programa de Canal Trece estereotipiza a Guillermo Moreno como una especie de fuerza de choque del oficialismo, y a Hugo Moyano como un aliado de Frente para la Victoria que tiene el suficiente poder para influir en las decisiones tomadas por la presidente de la Nación. Por este motivo, podemos afirmar que Showmatch construye indirectamente un estereotipo del matrimonio Kirchner que no los favorece en lo absoluto, ya que los define como mafiosos por el hecho de que personajes como Moyano y Moreno participen activamente en su forma de hacer política.

Y el ganador es…

Sin lugar a dudas, la edición 2009 de Gran Cuñado funcionó como una industria creadora de estereotipos, o como lo define el periodista Walter Lippmann, como una parte influyente del “círculo social”. A partir del análisis de las imitaciones, se entiende que la imagen de los distintos políticos que aparecieron en este sketch fue construida mediante la exaltación de cuatro puntos fundamentales: los movimientos del personaje, su estética y la de su entorno, sus gestos y sus diálogos con Marcelo Tinelli. Por medio de estos elementos, el programa de Canal Trece se encargó de evidenciar su posición con respecto a las distintas corrientes políticas. Está claro que la emisora perteneciente al grupo Clarín utilizó a Gran Cuñado como una herramienta para mostrar su simpatía por las ideas neoliberales del PRO, y para continuar con la batalla contra el oficialismo. No es casualidad, que en el último programa de este famoso show de humor político, el personaje de Francisco de Narváez, que para ese momento ya era la figura más popular del PRO, derrote a la imitación de Néstor Kirchner en una polémica votación telefónica y se transforme en el ganador del reality.
No obstante, el partido más perjudicado con este programa de humor político no fue el Frente para la Victoria, sino la UCR, debido a la indiferencia del programa de Tinelli por esta agrupación. Si bien el partido de la presidente Cristina Fernández de Kirchner fue criticado constantemente en este programa, sus 30 puntos diarios de rating le permitieron acceder al oficialismo a una cantidad enorme de votantes, lo cual nos lleva a pensar que ser criticado en este sktech es mas beneficioso que no aparecer en él, ya que eso significa no ser una amenaza política para los intereses de este gran grupo económico.
Por otra parte, el papel que desempeñó el conductor del programa en Gran Cuñado no estuvo relacionado con enfatizar las críticas al oficialismo, sino que se limitó a celebrar los chistes de los imitadores y a realizar preguntas que favorezcan el desarrollo del sketch. Esto nos permite comprender que la estructura de los diálogos de este reality posee una variación significativa con respecto a la estructura clásica del diálogo. A diferencia de las pláticas convencionales, en donde ambos participantes expresan sus ideas o sentimientos, en Gran Cuñado el conductor evita participar de la conversación porque simula esquivar el conflicto latente entre el Grupo Clarín y el gobierno. A pesar de este intento de Tinelli por mantenerse neutral, las imitaciones propiamente dichas y el entorno creado por los panelistas, guionistas, entre otros, dejan en claro que la postura de este no difiere en absoluto con la de Canal Trece.
Por ultimo, resulta fundamental destacar el rol que desempeña este sketch de Showmatch en la política actual. Según el sociólogo Horacio González (2009) “el humor político mantiene en su cuerda interna todo el ardor utópico que la política real demasiadas veces pareciera haber perdido”, lo que nos lleva a pensar a Gran Cuñado como una herramienta para despertar la capacidad de cuestionamiento en la gente, al igual que otros programas característicos por su humor político, como los de Tato Bores. Sin embargo, el objetivo del programa de Canal Trece es degradar el humor político, que desde siempre fue signo de rebelión, a un punto donde las frases cómicas de un imitador, vacías en su significado, pesen más que las plataformas electorales de los partidos políticos. Esto es avalado por los mismos políticos que concurren a este programa con el fin de mejorar su imagen, sin darse cuenta que el verdadero beneficiado es el grupo económico que emite este tipo de contenidos. De esta forma, poco importa quién es el ganador de este reality televisivo, o qué político es el más beneficiado con su representación, ya que lo más importante es lo que resulta como consecuencia de Gran Cuñado: la tinellización de la política.

Bibliografía

González, H., Pantalla testimonial, en Página 12, online http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-125053-2009-05-17.html

Lippmann, W., Opinión Pública, en Ciao, citado online http://www.ciao.es/La_opinion_publica_Walter_Lippmann__Opinion_1384466

Lippmann, W., Opinión Pública, en Blogspot, citado online http://teocoms.blogspot.com/2007/05/walter-lippman.html

Wortman, A., Tinelli traspasa los límites, en Perfil, online http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0297/articulo.php?art=9995&ed=0297

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